domingo, 7 de junio de 2009

Una noche de Octubre del 2008


Era viernes en la noche, salí cansado de trabajar pero no quería quedarme en casa, tenía un buen presentimiento. Cené con la gente del piso y nos pusimos a ver una peli sin muchas ganas. Yo estaba resignado, debían ser las 11 de la noche cuando al fin llamó Federico, estaba con un grupo de amigos en la Calle Blai. Afortunadamente la peli era mala y no lo pensé ni un segundo, tomé mi chaqueta y dije adiós. Me encaminé a Poble Sec, al bar de los títeres.

Era otro viernes de fiesta en Barcelona al menos, eso parecía, hasta el instante en el que se acercó con una gran sonrisa y ojos muy brillantes. Desde el momento en que lo vi, sentí que venía para estar aquí y no irse.

Cuando entré había un montón de gente, no conocía a casi nadie, me fui hacia al fondo en donde estaba Fede que hablaba con una chica, ambos se pusieron de pie y me hicieron un espacio entre ellos. Tenía unos ojos llenos de energía, me pareció muy guapa me senté y empezamos a hablar sin parar, se me olvidó Fede que estaba a mi izquierda, a penas lo saludé.

Y ahí terminó, sentado a mi lado, hablando el uno con el otro, como si lleváramos tiempo de conocernos. En un momento fue como si los alrededor no estuvieran, simplemente estábamos él y yo hablando, riendo, compartiendo e iniciando…

Era mexicana y tenía mucha chispa, estaba hecha la conversación. Yo le conté un poco de mi vida y ella de la suya, me dijo que estudiaba algo que tenía que ver con las neuronas y no sé cómo ni por qué terminamos hablando del cerebro y de la exposición que iba a llegar a Barna sobre el cuerpo humano, así que sin pensarlo hicimos cita para otro día y quedamos de ver la expo, aunque ese día tardó en llegar…